Dicen que a las personas tristes les gusta la lluvia - Kress Watson


No es el primer libro que leo de esta autora y, desde luego tengo claro que no será el último. Eso sí, no es ni parecido a lo que me tenía acostumbrada, con ella siempre me he reído, he pasado un rato agradable. Y si bien, la sensación que se te queda en el cuerpo tras leer el libro no es de angustia o dolor, ya que terminas con un regusto agradable, el libro es durísimo.

Trata temas de lo más delicados, en los que, por más que luchamos porque la sociedad cambie su actitud, se tiende a culpar a la víctima o poniendo en tela de juicio su relato, por lo que, si ya es duro tener que superar ese tipo de sucesos, hay que sumar lo hundidas que se sienten para iniciar esa lucha.

Creo que este tipo de libros tiene que servir para visibilizar de un problema que con ayuda sería mucho más llevadero. Menos mal que hoy en día hay mucha gente pendiente de tender una mano a cualquiera que la necesite y se comienza a estar más sensibilizado con las víctimas. Gracias a eso, muchas consiguen ver la luz al final del túnel. Y aquí, para no ser menos, al final hay una carta que transmite todo esto que os acabo de contar.

Alya va a cumplir 16 años y su madre decide organizarle una gran fiesta de cumpleaños, a pesar de que ella le pidió que no lo hiciese. Ha invitado a casi todos sus compañeros del instituto, porque quiere que su hija se relacione algo más con las personas de su edad y su entorno. Esa fue una decisión de la que se arrepentiría más adelante...

Hugo, el chico guapo de su clase y el más popular, se acerca a ella más de la cuenta, a lo que Alya responde en un claro rechazo de sus atenciones. Algo que a él sólo sirve para aumentar su interés por la empollona de la clase, quien además le parece de lo más atractiva.

Hugo decide que la fiesta de Alya es el lugar perfecto para el acercamiento que lleva deseando tanto tiempo, aunque las cosas no salen como las tenía planeadas. Tras un nuevo rechazo, ella se marcha al bosque, un lugar que siempre ha conseguido transmitirla paz, para alejarse de un contacto indeseado. Con lo que no cuenta es con que él no ha tirado la toalla, sino más bien todo lo contrario, el rechazo de ella no hace sino aumentar su deseo.

Lo que comienza siendo un día que debería ser feliz y de celebración, como es el cumpleaños de la gente, termina siendo una auténtica pesadilla para Alya, conocerá el significado de la palabra monstruo y el rostro que tiene.

Por desgracia, no acaba ahí, ya que su vida no volverá a ser la de antes. Le costará establecer lazos con los demás, confiar en ellos, dejar que la toquen y, poco a poco, se irá metiendo en una cueva oscura donde nadie la encuentre, donde no se tenga que enfrentar a las miradas y risas de los demás.

Eso sí, nunca es tarde para que alguien con la capacidad de luchar por traspasar esa coraza entre en tu vida sin que puedas hacer nada para evitarlo, y ahí entra Lucas. Un chico con una luz especial, que se ha ganado mi corazón desde el minuto uno, que no frena en su intento de ayudar a Alya a volver a brillar y encontrar aquellos momentos maravillosos que nos regala la vida. Una frase que resume lo que os acabo de contar es esta: "si he de consumirme en la oscuridad para que la luz vuelva a brillar, que así sea".

Siempre me he considerado una persona de lo más positiva y este libro es un gran regalo, os dejo otra de las frases que me han llegado hondo: "¿No hemos venido a esta vida a eso? A arriesgarnos, a vivir".

Y para terminar os dejo con otra de las grandes: "tu felicidad debe depender de ti y de nadie más... venimos solos a este mundo y solos nos marcharemos, encárgate entonces de hacer tu estancia lo más llevadera posible y no esperes nada de nadie".

El libro tiene 248 páginas y lo tenéis disponible en kindle. Os adjunto el enlace:


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