En un rincón perdido del mundo

Qué distinta es esta novela a todo lo que he leído últimamente pero qué tierna!!! Me ha encantado leer la historia entre Hada y Max, aunque para mí los grandes protagonistas son todos esos ancianos de Santa Olaria de la Mata. Un pueblo tan pequeño y con tan pocos habitantes, sólo son 12 personas, que la vida de los demás es la tuya propia y todos son familia, la sangre es lo de menos. 

Hada es la nieta de Dora, la única chica joven en este pueblo. Es una mujer alegre, generosa y que no duda ni un segundo en ayudar a cualquiera que la necesite. Max es un hombre de ciudad, vive en Nueva York y está acostumbrado a las comodidades, pero todo cambia cuando decide tomarse 6 meses sabáticos para ir al pueblo de su abuela, que ha muerto y le ha dejado su casa en herencia. 

La vida en el pueblo no tiene nada que ver con su vida normal, no hay conexión a internet, ni calefacción, ni agua caliente... Tendrá que ir poniendo la casa a punto porque se acerca el invierno y el frío en el pueblo no se parece a nada de lo que él haya conocido. Una vez allí se dará cuenta de lo diferente que es todo y de la poca intimidad que va a tener. 

Max va conociendo a todos los ancianos en situaciones muy graciosas, porque los cotilleos que llegan al pueblo antes de la llegada de Max hacen que en ocasiones no se entiendan. A mí me encanta el personaje de Primitivo, es el típico cascarrabias con bastón y cara de malas pulgas pero que tiene un corazón de oro. 

La relación de Hada y Max parece de amigos, aunque al principio él parece que no la aguanta demasiado, porque no está acostumbrado a mujeres así. Pero ella poco a poco se hace indispensable para que su día sea un buen día. ¿Será amor o sólo se siente así porque es la única mujer de su edad en el pueblo?

¡No os perdáis esta novela, os vais a divertir y sobre todo os a va resultar entrañable! Gracias a Isabel Keats por este libro, no decepciona!!!